martes, 17 de junio de 2014

LO IMPORTANTE NO ES LA ESPADA, SINO QUIEN LA MANEJA

Últimamente todo el mundo cree necesario cambiar "algo" en educación. Unos se centran en reformas estructurales, otros hacen hincapié en aspectos organizativos, algunos en los contenidos y asignaturas, y unos pocos se sacan de la chistera leyes educativas que han sido creadas sin la participación activa de los docentes. 

Desde mi punto de vista es necesario una verdadera revolución educativa que los "algos" anteriores, por si solos, no nos pueden aportar. Esta revolución debe ser profunda y centrarse, más bien, en los modos y maneras, en las actitudes y valores, en las concepciones de base fundamentales, en el DOCENTE...

Si queremos mejorar la educación lo tenemos que hacer los docentes. Somos quienes manejamos la espada y para hacerlo de la manera más sútil, eficaz y correcta, es necesario ir fraguando, poco a poco, un modo de trabajo y, sobre todo, una manera de ser y estar. De lo contrario, por magnífica que sea la espada, esta actuará de manera inadecuada.

En ocasiones se nos olvida y tendemos a pensar que las mejores escuelas son aquellas que disponen de magníficos recursos e instalaciones, y ¡no es así! Las mejores escuelas son las que cuentan con excelentes docentes.